martes, 2 de octubre de 2018

Semana 259: "como un indigente más"

LUNES: Luego de la última clase de inglés del sábado, lo que sigue sería el examen de cierre de las unidades 9-10. El problema es que el tema fue muy difícil y -no me da temor decirlo- le tengo cierto miedito a desaprobarlo. El anterior también fue difícil y aunque aprobé, bajé el promedio que venía teniendo en las notas. Lo bueno es que mis conocimientos siguen aumentando de nivel...


MARTES: Hay veces que hubiese sido mejor no salir de la cama; nada te sale bien y hasta preferís haber nacido en el medio de la Antártida. Cosas inexplicables que pasan... Pero hay otras veces que todo sale según lo planeado, con los horarios perfectamente sincronizados y con la certeza de que ese va a ser un muy buen día que recordarás por mucho tiempo.
 
Hoy fue uno de esos días positivos, quizás no con tantos recuerdos a futuro pero sí con la suerte de mi lado. No sé cómo, pero logré juntar una reunión, una visita a un negocio y un corte de pelo; todo en menos de 100 metros y con horarios corridos (terminaba uno y empezaba el otro). Lo que se dice planeación en su máximo nivel...

Alguien estaba muy drogado cuando le puso nombre al evento

MIÉRCOLES: Qué lindo cuando te hacen notar tan de frente que sos un plan B. Me habían citado a una reunión de la que no tenía ganas de ir, pero soy demasiado profesional e iba a enfrentar la situación. Llega la hora, los minutos pasan y nada. Cuando pregunto qué había pasado me comentan sobre un cambio de planes que no estaba ni enterado. Soy todo un plan B.

Para el final del día teníamos una reunión con hinchas, la segunda que tenemos de este estilo, donde charlamos sobre los problemas que sienten ellos sobre diferentes temáticas relacionadas al club. La mejor manera de mejorar es que te digan en qué la estamos pifiando; y si viene de quienes lo están padeciendo, mucho mejor.

TRON en Medellín?

JUEVES: Una compañera me desafió a que no le sacaba un almuerzo gratis a un proveedor con el que vamos a tener un evento dentro de poco. Un evento en un restaurante... Un evento en SU restaurante... Esa provocación activó mi costado competitivo. Y así fue, propuse reunión al mediodía y le saqué almuerzo gratis para todos. 

Por la tarde seguí con una tarea que vengo llevando adelante hace un tiempito: ir a la casa de exjugadres que pasaron por el club para filmar un video con una pequeña entrevista. Gracias a esto, estoy conociendo toda clase de gente que me recibe y me atiende de la mejor manera. 

Sí, el asado incluye papas, plátano y choclo (entre otros)

VIERNES: En la oficina están jugando amigo invisible (o como dicen acá amigo secreto) y esta actividad, básica en todas las empresas, es la que más detesto. Ese malestar fue creciendo a lo largo de mi vida, por culpa de distintas ediciones donde no recibía regalos justos... Esto cuando los recibía, porque la mayoría de las veces nunca me daban nada. Y luego de hoy, creo que lo odio más que nunca.

Un compañero no vino y como yo no juego, me pidió que compre golosinas y se las dé a la persona que le tocó. Tengo tanta suerte que cuando fui por el encargo, se larga un aguacero que me deja todo empapado. Y cuando entregué el paquete se descubrió todo: el mío (en realidad de él) era el mojado. Esa es la suerte que tengo y se la trasladé a un pobre inocente, ahora en la oficina ya saben quién es. 


SÁBADO: Como conté el lunes, le tenía cierto temor al examen de inglés de hoy. Los temas son cada vez más difíciles y mis conocimientos previos del inglés están empezando a escasear; ahora sí es todo lo nuevo aprendido en clase y ya. Junté valor durante toda la semana y enfrenté la situación como el tipo de casi 40 que soy. Esta historia tiene happy ending: aprobé.

Y este fue el merecido premio...

DOMINGO: Como nadie hace la guita laburando (y no se debe robar), todos los fines de semana juego al Baloto, como se lo conoce por estas tierras. Me pasó algo que hizo que definitivamente no lo quiera ganar: sin darme cuenta tiré el comprobante de compra a la basura. Es más, ayer soñé que me lo ganaba y tenía que ir a revisar la basura, como un indigente más.  

Aunque no haya ganado no me importa, el premio mayor me lo dieron mis equipos de fútbol. Tanto Boca en Argentina como Nacional acá en Colombia ganaron sus respectivos partidos, y eso me llenó de felicidad. Así deberían ser todos los fines de semana.





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