Semana 151: Que te vaya bien, viejo...

LUNES: Desde la semana pasada tenía programado levantarme temprano porque hoy tengo que hacer un trámite importante. Tengo tiempo hasta el jueves pero acá son demasiado "burocráticos" con los papeles (bueno... vuelteros). Hagas lo que hagas, nunca te explican en forma correcta y siempre tenés que volver, por eso prefería hacerlos con tiempo.

Además tenía un viaje largo hasta el centro. ¿Por qué todos los trámites se hacen "en el centro"? De todos modos todo esto quedará para mañana, la necesidad de descansar por los 11 kilómetros corridos ayer, hizo que me guarde para estirar el hilito de vida que me queda. 

Juro que lo lavé después de usarlo...!!!

 
MARTES: Luego de haber cancelado los trámites de ayer, hoy me tocaba hacerlos sí o sí. Es fundamental que los haga porque van a ser una ayuda importante durante el tiempo que esté desempleado, ya que por 6 meses me hacen los aportes jubilatorios, los aportes para salud y un bono económico para compras en el supermercado.

Ojo, suena todo muy lindo pero nada de esto es gratis, forma parte de los miles de porcentajes que te descuentan en el salario y que uno cree que nunca los va a utilizar. Además otra cosa, haber presentado los papeles no es garantía de salir favorecido, hay que llamar en 10 días para ver los resultados del estudio. No es fácil pero vale la pena el intento.

Uno desempleado y un hijo de puta
hace avisos como esta bosta

MIÉRCOLES: En la carrera del domingo me pasó una bizarreada que no puedo no contar. Mi amigo se puso a charlar con un conocido; me lo presenta y como le pasa a todo el mundo, al escucharme hablar se sorprende y se interesa por saber qué hago en Medellín. Antes de largar, el tipo me da su tarjeta e insiste en que lo llame. Nos deseamos suerte, largamos y no lo vimos más.

Yendo a casa y charlando del tema, mi amigo me dice "qué contacto que te hiciste!". En ese momento miro la tarjeta y leo su nombre y cargo, era el Presidente&CEO de una de las agencias de publicidad más reconocidas de Medellín... Y yo haciéndole chistes malos (o soy un boludo o un tipo con suerte... Creo que ambos). Hoy lo llamé, ya quedamos en una reunión para la próxima semana.  

Uno espera otra cosa del 1er mundo. Bueno, no...

JUEVES: Creo que la frase repetida mil veces "es más importante tener amigos que plata" ya podría tener su sección fija. Haber pasado el CV a los conocidos del ambiente rindió sus frutos; a través de un amigo fotógrafo recibí un mail que decía: Nos gustaría conversar y que nos cuentes un poco más de tu trabajo (...) Tenemos una necesidad puntual y nos gustaría sentarnos contigo con la mayor brevedad posible.

Mientras espero la concreción de esta nueva entrevista, aproveché el tiempo libre para seguir estudiando. Había dejado de lado el curso de MKT Digital pero retomé, un poco con miedo por haber desaprobado el último examen pero con ánimo para seguir avanzando. Y avancé tanto que aprobé 3 módulos seguidos.

Sabaneta me está gustando cada vez más...

VIERNES: Este blog arrancó como una forma de mantener informada a mi gente en Argentina sobre vivencias, costumbres o cosas que me sorprendían de un país que no era el mío (y para responder a la clásica pregunta ¿¡contame qué estás haciendo!?). El tiempo hizo que vaya mutando y se convierta en una especie de catarsis online; que me ayudó a desahogarme, divertirme y sobrellevar diferentes momentos negativos de mi estadía en Colombia. 

Aunque generalmente nunca nombro a nadie, hoy voy a hacer una excepción con una persona que ya no voy a tener más y de la que me quiero despedir de la única manera que puedo: escribiendo. Anoche me avisaron una noticia que no esperaba y es el fallecimiento de mi viejo, internado desde hace varios días por problemas respiratorios.

Tengo sensaciones encontradas al escribir estas líneas, se me vuelve fácil cuando lo hago en 3ra persona y cuento una ficción opinando sobre las cosas que le pasan a un "alguien" en otro país. Pero esta vez me toca escribir a mí y poner el corazón sobre la mesa, una de las pocas veces que lo voy a hacer.

Sus excesivas horas en el trabajo hicieron que yo creciera con un padre ausente al que sólo podía disfrutar los fines de semana. Y eran esos dos días (bah, el domingo; el sábado también trabajaba) que se preocupaba por las tareas masculinas de la casa (cortar el pasto, podar, achar leña, etc), las cuales me convocaba como un esclavo al que obligan a trabajar por un plato de comida.

Ya en mi adolescencia hice la mía y en la adultez mucho más. Lo único que realmente nos unía era el gusto por los autos; él se dedicó toda su vida a vender autos e incluso llegamos a ser "socios" en varios autos que tuvimos a nombre nuestro. Siguió con esta pasión aún jubilado, llegando a vender "un par de autitos" hasta el fín de semana previo a su internación.
 
No tuvimos una relación cargada de anécdotas divertidas, recuerdos positivos o grandes consejos; nunca me llevó a pescar, nunca me llevó a la cancha (quizás por eso salí de Boca siendo él de River) pero era el padre que me tocó y mal o bien, hizo su mejor labor para llevar adelante a la familia.

Nunca llamó a ninguno de sus hijos por su nombre, pero sí por el apodo que él mismo le había puesto a cada uno. Su mayor orgullo era tener a la familia reunida cada domingo, disfrutando del asado que él había preparado con tanto esmero (el mejor que voy a comer en mi vida, te lo aseguro). Esos eran sus momentos donde demostraba amor y los entiendo, juro que los entiendo.

La ironía es que el cigarrillo compartió más momentos con él, y fue el causante de todos los problemas que lo acompañaron durante su vejez; problemas que lo llevaron a ahogarse y tener que nebulizarse 2 y hasta 3 veces por día hasta que los pulmones dijeron basta. 

Hoy me toca escribir estas líneas a 5000 km de distancia, con la imposibilidad de viajar hasta allá para verte pero satisfecho de saber que estabas contento de que esté viviendo en Colombia. Ahora sólo me queda decirte una cosa; que te vaya bien, viejo... Te despido de la manera que sé que te gustaría: con un tango de Carlitos.