lunes, 16 de julio de 2018

Semana 249: "You have it inside"

LUNES: La semana arranca luego de una larga noche de insomnio. Vivo cerca de una zona de restaurantes y discotecas y no entiendo qué hacían algunos locales abiertos un domingo por la noche y con música a todo volumen. Aunque mi comentario es muy de viejo, aclaro que la música son ritmos latinos (reggaetón, bachata, salsa, etc) y para mí, así es imposible dormir.

Con este panorama como antecedente, fue difícil tener un día feliz lleno de pajaritos y flores de colores. Obviamente fue una bosta, creo que empecé a interactuar con la gente recién a las 3:30 PM y cambié mi cara de orto cerca de las 4 de la tarde. Todo un récord que no esperaba conseguir pero que luzco con el mayor de los orgullos.

Por acá todo normal...

MARTES: Hace mucho tiempo que me despedí de la carrera tecnológica; aunque pensándolo bien, fue ella la que me echó como un perro del camino. El principal motivo fue que la tecnología no avanza a la misma velocidad que mis posibilidades monetarias, además hoy mis prioridades son otras y lo único que tengo en la cabeza es terminar de pagar (alguna vez) el depto nuevo.

Alcanzar ese objetivo con la distancia excesivamente larga a la que está, me obliga a planificar y seleccionar muy bien mis gastos. El que se lleva la peor parte es mi celular, que data de hace 5 años atrás y necesita jubilarse cuanto antes. Como todo viejito, hoy me pegó un susto terrible; toqué la pantalla y me apareció un mensaje raro, como si el mismo sistema operativo estuviese pidiendo piedad. Creo que el tema es más serio de lo que pensaba...


MIÉRCOLES: Un olvido involuntario hizo que la rodilla pase su primera prueba de fuego. De 8 AM a 2 PM no había luz en mi edificio; esto ya lo sabía pero no le dí mucha importancia. Y claro, cuando llegué a almorzar me dí cuenta que tenía que subir 20 pisos por escalera. Resignado, el hambre fue el impulso necesario para llegar a la meta y tener un rico almuerzo como recompensa.

Los anónimos que también hacen grande a Atlético Nacional

JUEVES: Hay ciertas decisiones impuestas en las empresas importantes que, aunque sus directivos crean que son las más inteligentes, terminan perjudicando a la mayoría de los empleados. Y no hablo de aumentos generales o días libres para todos (nunca me quejaría de eso) sino de cosas simples que nacen del capricho de un fulano.

La ironía es que estos fulanos toman decisiones para la gente pero no tienen mucho roce con la gente. No voy a generalizar pero esto se da por pereza, por la forma de ser de c/u o verdaderamente por falta de tiempo (tampoco vamos a ser tan malos). Luego esta misma gente ante determinada situación que no le gusta escuchar se pregunta ¿Pero por qué me tienen miedo? No sé papu, pensalo...  

Morir así tiene mucha onda...

VIERNES: Hace cuatro meses que una agencia viene trabajando en un proyecto X. Algo había escuchado pero como nunca me involucraron, no sabía mucho más. Esta semana el jefe nos metió de prepo porque esta gente no le daba en la tecla. Nos juntamos con mi dupla y como en nuestros mejores tiempos de agencia, sacamos idea y gráfica. Hoy la presentamos. Hoy nos felicitaron.

El instituto de inglés adonde estudio es muy abierto en muchas cosas, pero tiene ciertas reglas que me rompen las pelotas. Por ejemplo: llamar el día anterior al que vas a ir para reservar tu cupo en la clase (a veces me olvido). Hoy llamé para reservar para mañana y me cuentan que tengo examen. Así nomás, sin preámbulos ni introducciones. I will have to go and demonstrate what I know...



















Gente sin alma que tiene animales exóticos y los anda paseando... 

SÁBADO: Me desperté y luego de desayunar y bañarme, me fui tranqui para el instituto. En la entrada me entero que había llegado con tiempo suficiente: el examen no era a las 10:30 AM como creía, era a las 11:30 AM. No estaba nervioso, no estaba ansioso; soy boludo por naturaleza... Lo bueno es que me saqué 4.7; si tenemos en cuenta que en Colombia se aprueba con 5, la nota me dejó más que satisfecho. You have it inside.


DOMINGO: Fui el que quiso sorprenderte llevándote a cenar el sábado a un lugar que ya conocías. Fui el mejor anfitrión que tu familia y amigos merecían. Fui el asador que hizo que nadie se vaya con hambre. Fui el que trató de tener todo organizado para que fueras feliz. Festejar tu cumpleaños en mi casa fue mi manera de decirte lo importante que sos para mí. Por otros 30 años más de vida, pero esta vez juntos!






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