lunes, 6 de noviembre de 2017

Semana 217: "Si hay algo que nunca tuve es vergüenza".

LUNES: Esta nueva semana empieza con noticias viejas, las mismas con las que terminé el post anterior. Hoy es el último día que tenemos para terminar con los trabajos de reacondicionamiento en el vestuario del estadio, mañana hay partido y tenemos que dejar todo listo. Sinceramente y comparándolo con lo que había antes, quedó una maravilla.


MARTES: Luego de un mes sin jugar de local, llegó el día del partido y la inauguración del vestuario fue una fiesta. El resultado del trabajo de viernes, sábado y lunes finalmente vio la luz y por las reacciones de los compañeros primero y del cuerpo técnico y médico después, todos estaban más que conformes con los cambios.

La fecha coincidía con Halloween, en Colombia es una celebración que se festeja sin importar el género ni la edad; seas grande o chico, hombre o mujer, el objetivo es disfrazarse y divertirse en grupo. Aunque reacio, la insistencia general le ganó a mi postura cultural anti-yanqui y me rendí ante el pedido de todos. Total, si hay algo que nunca tuve es vergüenza.


MIÉRCOLES: Sobre un folleto que estoy haciendo hace varios días, recibí un mail increíble: "que las imágenes no sean más llamativas que el texto.  Algunas son más visibles que el contenido y dificultan la lectura. Recuerda que el objetivo no son las imágenes, sino el contenido que queremos transmitir". Traduzco: no quiero imágenes lindas que levanten el nivel del folleto. Si es texto es aburrido, las imágenes tienen que seguir la misma línea.

El festejo de Halloween fue más grave de lo que creía, hoy fue el concurso entre los empleados de la sede administrativa y otra vez tuve que aflojar ante los pedidos. El disfraz colectivo fue un éxito, las luces navideñas iluminaban todas con sus colores vivos y llamativos salvo una; la quemada, la que vino fallada, la que aparece de color negro. No hace falta aclarar quién era...


JUEVES: Las bondades de las redes sociales hacen que todo el tiempo, todo el mundo publique todo. En caso de que te pierdas algo que te interese en las toneladas de información (y tiempo) que desaparece por ahí, existen amistades que nos quieren cerca de nuestra querida tierra y nos actualizan con lo que vale la pena saber.

Gracias al mensaje de una muy buena amiga de Argentina recibí una noticia que no esperaba. Luego de haber sido vecino del Konex y de haberlos visto tantas veces con su clásico lunes de turistas y talones sucios, el sábado volveré a ver a La Bomba de Tiempo pero esta vez en Medellín. Feliz por volver a vivir una de todas las alegrías que el piso 17 de Jean Jaures 367 me dio.  


VIERNES: Luego de varios llamados telefónicos que no llegaban a ningún lado, decidí ir a la constructora para definir la fecha para la entrega del depto. La ansiedad me está comiendo la cabeza y no quiero pagar más alquiler. Por eso, como dice el dicho el que no llora no mama, me volví con fecha "tentativa" para la mudanza. Será pronto, muy pronto. 

El día labural estuvo cargado y sin descanso. A las reuniones propias y ajenas, se le sumó que tuve que arreglar un PPT para una exposición de mi jefe en Chile. Era algo que ya había terminado hace bastante tiempo y no me explico el por qué, hoy me encuentro con que tengo que darle algunos toques finales extra. Otro viernes que no me voy a horario.    

Cuando vas a la casa de un niño y no querés devolverle sus juguetes 

SÁBADO: Más de 5 años sin verlos tocar en vivo, otro tanto sin saber nada de ellos. Un mensaje me alertó y acá estoy, haciéndoles el aguante a La Bomba de Tiempo. Me llenó de orgullo verlos tocando en uno de los teatros más importantes de la ciudad, el respeto que generaron antes de tocar y mucho más al final, cuando los aplausos se multiplicaron por mil luego de la última canción. Lo que la realidad actual nunca puede, es el arte el que nos sigue salvando como país.


DOMINGO: Y si el arte es el que nos salva, el fútbol es el que nos da fama en el exterior. Esta vez es un nuevo Superclásico y sin importar el resultado final, lo que verdaderamente disfruté es esta ceremonia de juntarse con amigos -todos argentinos- y verlo en un restaurante argentino tomando cerveza y comiendo pizzas y empanadas hechas con nuestra receta. Benditas sean las costumbres que nos representan y de las que nunca me voy a olvidar/arrepentir!  



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