lunes, 13 de noviembre de 2017

Semana 218: "Así de injusta es la vida".

LUNES: Un feriado con sol caribeño se disfruta de una sola manera: en una buena pileta. Mi depto actual no tiene y el próximo la tendrá cuando terminen la última torre en noviembre de 2018. Ante este panorama para nada alentador, no me quedó otra que pedir prestada una pileta ajena y sobrellevar esta sequía que será bastante prolongada.

Por la noche y casi que terminando el día, tuve noticias de mi jefe desde Chile. Un corto mensaje y algunas fotos desde el escenario alcanzaron para contarme que todo salió perfecto. Quedó tan contento con la presentación que le hice que va a dejarla igual para su viaje a Perú; aunque conociendo al inconformista crónico que llevo dentro, seguramente le haré algunas mejoras mínimas.


MARTES: Volvió el meeting day! (decir meeting day tiene más onda que decir Día de Reuniones...). Justamente este viaje de mi jefe me sobrecargó el día de reuniones: en una mi presencia era simplemente por protocolo -ni siquiera llegué a decir una palabra-, en la otra llegué tarde y me fui antes de que termine y la última duró de 2 PM hasta el horario de salida. Por favor, no más...

Esta última fue la primera que tuvimos con nuestra nueva agencia de publicidad. Estar ahí me trasladó a mis 18 años de carrera publicitaria. Aunque muchas cosas se repiten, cada agencia es un mundo diferente a las demás; con su fauna, con sus costumbres, con sus "cosas locas". Pero aunque hoy esté en la vereda de enfrente, sigo portando las banderas de la creatividad; la única capaz de diferenciarnos en este mundo de todo tan igual a todo.


MIÉRCOLES: Mañana filmamos un video que se pasará en el lanzamiento de un nuevo producto oficial. Por eso viajé hasta donde entrena el equipo para tener una reunión con el cuerpo técnico y definir todos los detalles con la marca aliada. Que todos sepan lo que vamos a hacer nos hace aprovechar mejor el tiempo y ahorrarnos cualquier dolor de cabeza. Planificación, que le dicen...

El único y gran problema es el horario que arranca la jornada, antes de las 7 AM tenemos que estar con todo listo. Quedamos en encontrarnos faltando 15 minutos para las 6 de la mañana porque el viaje es de una hora. Traducido a mi español significa: poner el despertador a las 4:30 AM. Podría hacerme el boludo y no ir -como hacen muchos-, o aparecer cuando todo esté listo... Pero no me sale ser así de mediocre, no puedo, algo adentro mío no me lo permite.

En Medellín pasan cosas inexplicables...

JUEVES: Despertarse 4 y media de la mañana para ir a trabajar??? Y bue, a veces toca (por suerte son muy pocas). Sin ser Nostradamus y mucho menos nuestro mismísimo Parravicini, se cumplió la profecía más obvia de todas; la gente de la marca aliada con la que quedé en encontrarme a las 5:45 AM cayó 20 minutos tarde. Y como siempre, con la mejor cara de "acá no ha pasado nada".

No sé si me resigné o estaba muy dormido pero no me enojé, entiendo que esta es una batalla perdida contra toda una cultura... Por suerte ese fue en único inconveniente que tuvo la jornada de filmación. Todo salió mejor de lo que esperábamos; la predisposición de todos fue la mejor, el video salió perfecto y se hicieron miles de tomas de apoyo que no serán usadas nunca porque el corte final del video dura apenas 1 minuto. Así de injusta es la vida.


VIERNES: Una típica salida a almorzar con compañeros de trabajo, se convirtió en algo que no me esperaba. Luego de una hamburguesa gigante que derrochaba hermosura, de postre propusieron ir al casino. Como un sapo de otro pozo, mi actitud fue la de siempre: mirar a la gente y no entender el poco amor que le tienen al dinero.

Pedí cotización para decorar las tiendas de productos oficiales. Los 3 proveedores tenían iguales condiciones -mismo presupuesto para todos, gana la mejor propuesta estética-, pero uno de ellos no entendió y me la mandó escrita: Decoración inspirada en la antártida, ambientada con plotters de nieve. icebergs suspendidos del techo en diferentes tamaños. Mi cabeza me llevó inevitablemente a...


SÁBADO: Anticipándome a la mudanza que se viene la semana próxima, empecé otra vez con el ritual de juntar cajas en los negocios por los que paso. Aunque estaba descuidando uno de los lugares donde más cajas veo: mi trabajo. Rápido de reflejos, ayer me traje dos que estaban a punto de ser enviadas a reciclar... Les salvé la vida, les di una nueva chance de volver a trabajar. 

Por la noche tuve juntada hiper-mega-archi argentina, uno de los pibes del grupo cumplió años y lo festejó con todo. No faltó el Fernet, las empanadas y el rock nacional sonando de fondo. Viendo que todo era muy sudamericano, hice un aporte que es una costumbre típica de todos los paisas: llevé aguardiente y me puse a repartirlo entre todos. Inentendible lo mio...


DOMINGO: La gente buena onda de anoche logró lo que hacía mucho tiempo no pasaba: que vuelva a acostarme tarde. Entre las mil historias que se escucharon y los litros de alcohol que no se tomaron, había uno en particular que me llamó la atención: un gin hecho a base de yerba mate. Aclaro: no se toma caliente y mucho menos con bombilla; acá dejo una foto de la etiqueta por si alguno quiere pasar por la experiencia:



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