Semana 206: "Hoy el orgullo le ganó al resto"

LUNES: Agosto es otro de los lindos meses para vivir (y sobre todo trabajar) en Colombia. La razón es más que simple: dos lunes feriados que son muy bien recibidos por la clase obrera. Hoy fue el primero y el sol caribeño quiso llevarse todos los elogios, garantizando una mañana de pileta y un color tostado incluido en la oferta.

Desde abril estoy metido en un proyecto que me llena de miedo, ansiedad y orgullo. Esas emociones tan distintas conviven juntas en proporciones casi iguales. Según el momento, esos porcentajes fueron variando pero siempre uno de ellos estuvo constante: el miedo. Hoy me llamaron para que vaya a elegir el estacionamiento y el cuarto útil. Hoy el orgullo le ganó al resto.

MARTES: Se produjo una charla informal entre los compañeros de trabajo, donde se planteó la consigna ¿qué harías si supieras que te quedan 20 días de vida? En mi caso no hubo dudas, la respuesta fue muy fácil: me tomo el primer avión para Argentina y en vez de llorar, organizo la despedida más larga que nunca hubiese imaginado, viéndome todos los días con un grupo de amigos distinto. Así sí vale la pena morir.

Eso que creíamos que iba a pasar en algún momento lejano, pasó hoy. A menos de un mes de haber comenzado con esta locura llamada Mekateando, nos invitaron desde dos lugares para que vivamos la experiencia y luego la escribamos para todos los seguidores de la página. Todavía me siento incrédulo por recibir estos mensajes tan pronto, esperemos que sean los primeros de miles. 

MIÉRCOLES: La jornada laboral fue relajada, tranquila; Nacional juega 5:15 PM y todos están eufóricos con la atención puesta en el partido de hoy. Una de las ventajas es que se sale temprano para llegar a tiempo, ya sea al estadio o a la casa, y apoyar al equipo. Aprovechando que hacía mucho que no jugaba de local, invité a un amigo paisa hinchafanático para que vayamos a verlo.    

Adónde mirará el tercero?

JUEVES: Hoy fue uno de esos días importantes, que si bien no quedará marcado en los recuerdos de mi vida, lo disfruto y lo espero durante todo el año desde que me mudé a Colombia. El motivo es simple pero no por eso menos importante: a 4 meses de fín de año, ya compré los pasajes para viajar a pasar las fiestas en Argentina.

Soy el tipo más feliz del mundo porque en el laburo dan vacaciones colectivas durante los días previos a la navidad y la semana siguiente a fín de año; justamente esos días libres coinciden con el receso del campeonato de fútbol colombiano. Cada año los pasajes de avión aumentan un poquitito más pero no me importa, no cambio una visita a mi tierra por nada del mundo.

VIERNES: Tuve una reunión muy especial, aunque quizás la palabra que mejor la defina sea nostálgica. Una empresa pionera en el entretenimiento audiovisual y muy presente durante mi infancia, va a aliarse con Nacional para un evento grande que se viene en unos meses.

Con el aval del presidente del club que dio el OK, vinieron a tener un primer acercamiento y hablar del proyecto. Quedamos muy contentos con lo que nos contaron de lo que sería la propuesta, se viene un cambio muy groso de lo que se venía haciendo a lo que se hará próximamente; y voy a estar ahí para contarlo, como cuando tenía 10 años.

Falcon yanqui, ni de cerca se le parece al nuestro.

SÁBADO: Desde que me mudé a Colombia que no encuentro una pizzería que haga algo decente, no pretendo encontrarme con un lugar al que pueda comparar con los templos que tenemos en Bs As -El Cuartito, Guerrín, Pin Pun, Kentucky o Las Cuartetas, por citar algunos-, sino más bien algo que se le parezca aunque sea un poco.

Cansado de tanto andar y apostando a la cercanía que enunciaba su nombre, le di la oportunidad a Pizza Charrúa. Debo confesar que el trío que formamos junto con mi paladar y mi estómago quedó muy sorprendido, encontré algo moooooy parecido y luego de charlar con el dueño, el lugar me cae aún mejor. Creo que se han ganado un nuevo cliente y amigo.   

DOMINGO: El martes conté que en Mekateando recibimos el ofrecimiento para ir a conocer un lugar nuevo de cosas dulces. Como siempre, la tarde de domingo no estaba ofreciendo nada interesante y aprovechando que quedaba cerca de mi casa, fuimos a ver qué onda.

Nos pasó lo de siempre: llegamos al lugar casi vacío y en minutos explotaba de gente. Esto ya nos pasó varias veces en varios negocios, creo que tenemos un don que deberíamos aprovechar transformándolo en una fuente de ingresos extra. Lo que todavía no aprovechamos es esta pseudofama y lo que consumimos lo pagamos, para muestra adjunto la conversación con el dueño...