martes, 8 de agosto de 2017

Semana 205: "cara de pajero difícil de disimular"

LUNES: Me reuní con un proveedor pensando que terminaba a las piñas y salimos siendo amigos. Ahora que los conocí personalmente, descubrí por qué nunca nos entendimos; gráficamente eran un desastre porque estaban muy mal asesorados desde antes de que ingrese. Otro proveedor más que sumo a la larga lista de los que quieren trabajar mejor.

Luego me llamaron a otra reunión que me dio mucha ternura, me avisaron que había otro proveedor esperando y cuando entro a la oficina había dos nenes. Creo que ayer o anteayer habían dejado la teta. Traían un producto común que se puede conseguir en cualquier lado, pero decidimos darle una mano y apoyarlos con el proyecto.

Me quedo con alguna que sobre. Si viene llena, mejor...

MARTES: Siguiendo con los nenes de ayer; les escribí preguntándoles las medidas del producto para diseñar y enviarles el arte para que lo produzcan. Me respondieron que no las tienen, que no saben de qué les hablo. Más ternura me dieron; claramente Dios los puso en el lugar indicado, pero no en el momento de maduración que necesitan para encarar un negocio. Pero bue, ser hijo del poder tiene esas ventajas.

Entre los miles de problemas que se pueden tener por haber dejado el país, uno es tener lejos a la costurera de confianza. Y mucho peor luego de la bajada de peso que tuve hace unos meses. Como no hay presupuesto para renovar el 100% del guardarropas, toca preguntar en el barrio y entregar pantalones y camisas cruzando los dedos para que no me arruinen la ropa.


MIÉRCOLES: Tuvimos reunión con el proveedor de un próximo producto oficial. Próximo porque hoy trajo el boceto final y quedó espectacular. Esto me ponen feliz por haber estado en todo el proceso, lo tomo como la ecografía final de un hijo por nacer. Y además, porque de a poco voy logrando uno de los objetivos que me pusieron en mi ingreso: subirle el nivel a los productos de Tienda Verde.

Lo más hermoso del día fue llegar a casa y saber que jugaba Boca. Esta abstinencia de mi querido Boquita me tiene mal, pero por suerte el festejo por la estrella 66 fue con un amistoso con el Villarreal de España. Se respetó a medias la doctrina de las 3 G: ganó, gustó pero no goleó.  


JUEVES: La felicidad de ayer por haber concretado un proyecto en el que se veía trabajando desde hace mucho, hoy se vio superada con otro que también está por salir a la luz. Me tiene muy contento porque lo tenía pendiente y en pocas semanas se activó y creo que la semana que viene ya tiene fecha de salida. Esto es así: o no pasa nada o pasa todo junto.

Así quedó y no me importa, sino el pelotazo terminaba en gol

VIERNES: La semana se despidió mejor con dos reuniones. La primera fue con los representantes de una de las marcas de joyas más importantes del mundo. Una de ellas, brasilera, contó una anécdota que tuvo en Argentina: la paró la policía en la ruta y tuvo que aceptar que Maradona era mejor que Pelé, para que la dejen ir sin revisar sus papeles. La verdad ante todo...

Por la tarde tuvimos otra con una empresa que maneja sistemas. Luego de muchos trabajos cruzándome con esta clase de gente, podemos decir que sea el país que sea, todos respetan un mismo patrón: seriedad que denota poco humor, camisa generalmente a cuadros, tez blanca que demuestra un notable alejamiento del sol y en algunos casos, cara de pajero difícil de disimular.

Vas caminando y de repente...

SÁBADO: Medellín, también conocida como la ciudad de la eterna primavera, debería sumar un apodo más a su larga lista. Definitivamente podría llamarse La Ciudad de los Centros Comerciales (Shoppings). A 4 años de haber desembarcado, sigo conociendo los que no tenía en el radar: hoy fue Unicentro y sé que todavía me faltan varios por recorrer.

Maratón de How to get away with murder para volverse loco

DOMINGO: Hacía mucho que no cruzaba las fronteras de Medellín para pasar el día en algún pueblo cercano. Hoy fue un buen día para ir más allá de los límites geográficos y viajar una horita a uno de los pueblos que mejor fama tiene: San Antonio de Pereira.


Su muy buena fama no fue ganada gracias a sus paisajes de postal o sus ríos con agua de montaña. Hacen algo que nos gusta a todos y gracias a eso, cada fin de semana sus calles se llenan de gente. Según dicen, ahí se comen los postres más ricos de toda la región. No sé si será verdad pero no me importa, las fotos y mi estómago satisfecho son suficientes para probarlo y comprobarlo.



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