Me fui del mundo de las agencias para meterme en el fútbol, el marketing deportivo y sin proponérmelo, terminar como Líder de Publicidad en el mejor equipo de Colombia. Alguien hoy me decía "tienes un reto muy grande"; lo sé y lo disfruto, me gustan los desafíos y más allá de todo lo que aprendí en 15 años de carrera, confío en mi gusto por el fútbol. Además, eme siento respaldado por todo un país futbolero.
Como todo primer día, tuve la tensa situación cuando te pasean para presentarte en toda la empresa; y vos con tu mejor cara de póker y tu sonrisa de estúpido, tratando de recordar aunque sea uno de los miles de nombres que escuchaste. Igualmente siempre uso el mismo lema: sólo necesito saber dónde queda el baño y dónde está la máquina de café. El resto se aprende con el tiempo...
MARTES: Pasé de rascarme las pelotas todo el día a tener horarios de otro planeta: despertarme a las 6 de la mañana para llegar a tiempo al ingreso (7 AM), dos horas de almuerzo (12 a 2 PM) y la salida a las 5 PM, teniendo una tarde laboral corta e ideal para seguir disfrutando algo de vida exterior. Aunque mi cuerpo todavía no notó el cambio, espero que se acostumbre rápido porque lo conozco y no le va a gustar una mierda.
Como me dijo ayer el presidente del club "entraste en una semana complicada", todos los departamentos están a full con los preparativos para el partido de mañana y nadie me da bola, por momentos estoy medio perdido y para ocupar el tiempo libre, me puse a redactar textos creativos para usar en futuras piezas.
Divisiones menores y sus primeras entrevistas |
MIÉRCOLES: Pensando una y mil veces una manera divertida para contar todo lo que me pasó hoy, se me ocurrió relacionar el texto con la historia de la Cenicienta. No hubo príncipes azules ni nada que se le parezca, pero más o menos pasó esto: por la noche había una gran fiesta, casi toda la ciudad iba a ir y a último momento me dieron mi vestimenta y acceso. Hace una semana atrás ni pensaba que esto iba a ser posible y hoy estoy adentro.
Las expectativas eran muchas, la espera fue larga y en todo momento conocía gente. Yo fingía interés pero mi atención se había ido a otro lado, estaba maravillado por donde estaba. El fútbol era el protagonista del día y no me quería perder ni un segundo de cada detalle. La cancha explotaba de gente y las butacas escaseaban, el primer tiempo lo vi sentado en un escalón, todo servía para ver al futuro campeón.
Un tal René Higuita y la réplica de la Copa Libertadores ganada por Nacional en 1989.
En las tribunas no había personas sueltas, había una masa gelatinosa formada por todos juntos que cantaba, bailaba y gritaba, moviendo sus banderas y pidiendo al destino que ese momento no se acabe nunca más. O sí, el árbitro adicionó 4 injustos minutos que estiraron esa verdad que todos sabían desde el primer partido: luego de 27 años Nacional es el nuevo Campeón de Copa Libertadores.
Como miles de hinchas más, ese día yo también me inauguraba como espectador de una final de Copa Libertadores. Pero como en las historias más tristes, sentía que esa fiesta no me pertenecía y cuando llegó el momento de la mejor parte, me volví a mi casa. No me olvidé ningún zapato, pero ese falso protagonismo desde adentro del estadio desapareció y me rodeó de realidad volviendo en el Metro. Eramos muchos los que volvíamos, y cada uno con una sonrisa cansada imposible de disimular.
JUEVES: Me desperté con las piernas peor que cuando corrí los 11 km, sentía que no había descansado ni un minuto desde que me había dormido. Voy a tratar de no repetir la fórmula "Converse + estar parado todo el día", por suerte nos dieron el día libre y eso sirvió para volver mis piernas a la normalidad.
Este triunfo tan esperado se hizo sentir en la calle con camisetas de Nacional por todos lados, donde ibas te cruzabas con gente feliz. Todos me hacían la misma pregunta: "qué hubieses hecho si el que llegaba a la final era Boca?". Mi respuesta era siempre la misma: "Si Boca pasaba a la final, Nacional no me contrataba sino hasta la próxima semana" (nada en especial, pura cábala).
Y nosotros tenemos el Palacio de la Papa Frita. |
VIERNES: Vuelta al trabajo y la felicidad que había en el ambiente se sentía, se respiraba y se veía en la cara de cada uno, que más que empleados eran hinchas que pasaron años de sufrimiento por un logro como este. El momento de gloria del día se daría cuando nos invitaron a todos a un desayuno en el auditorio para posar con la nueva estrella. Fue más fotografiada que quinceañera nueva.
A la salida visité Home Center para elegir unas cositas para mi casa y sin lugar a dudas, inaugurar mi inicio en la vejez. El paso fundamental en la vida de un hombre está dado cuando comprás plantas y flores para tu casa, despidiéndote definitivamente de tu juventud para darle lugar al viejo interior que poco a poco, se va apoderando de tu vida activa para matar tus salidas nocturnas y volverte rutinario con lo que hasta hace poco, odiabas de tus propios padres.
SÁBADO: Como conté ayer, los viernes a la noche ya no me duermo de madrugada; lo que permite despertarme los sábados como un hombre pleno, descansado y sin resaca, ideal para (aguantar) la nueva clase de dos horas en el gimnasio. Luego de eso, usaría prácticamente toda la tarde para recuperarme de esas dos fucking horas...
Por la noche y como cierre de esta semana tan particular, tuve una cena en lo que acá denominan "fonda": un lugar típico con gente típica, comida típica en la que suena música típica. No es un lugar de los que frecuento así que fui con ganas... Las ganas se me terminaron a los 10 minutos de haber llegado, no creo que vuelva por ahí.
Así de pelotudas tratan a las mujeres en un gimnasio de la zona |
DOMINGO: Aunque me gustaría tener un perro, es muy difícil porque necesita de un tiempo que no puedo darle. Un gato ni soñando. Por eso suplante la compañía de un ser vivo por varios, armando un jardincito que me sacará algún tiempo en el día y varios litros de agua por mes. Es la primera vez en los 12 años que llevo viviendo solo, que monto un rincón de plantas y flores. Definitivamente estoy a una maceta de la vejez.
La película de hoy quiso sentar un precedente y terminó convirtiéndose en una tortura. No me gusta el genero de terror, nunca vi una película buena de este estilo; quise darle una chance a una y perdió todas las oportunidades. El Niño (The Boy) me mantuvo con expectativas hasta el momento del clímax en la historia, desencadenándose una serie de hechos sin sentido que empobrecieron la trama y dejaron más preguntas que respuestas. Cero recomendable.