Semana 52: la fiesta es en Colombia...

LUNES: Hoy fue demasiado feriado. Desde Argentina me preguntaron por qué era y yo ni idea; por las dudas no pregunto, a ver si se avivan y lo suspenden... Por suerte el mundial provee de partidos, algo que me tuvo entretenido durante gran parte del día.

"Monster Croc"

Entre lo nada que hice, preparé los papeles para ir a Inmigraciones y tramitar la cédula de extranjería. O pensaban que la burocracia se quedaba solo en la Visa de Trabajo? No señor... Ahora necesito renovar la cédula que me identifica como ciudadano, y me permite andar sin problemas por las calles de Medellín.

Otras de las ventajas de la diferencia horaria es que mientras allá son las 12 de la noche, acá son apenas las 10. Así que terminé el feriado de la mejor manera, cocinando y escuchando el mejor programa de radio de la Argentina:

MARTES: Quién se despierta fácil luego de un fin de semana largo? Ok, yo tampoco... Imposible levantarse de la cama. Como para tener la mañana un poco más entretenida, programé dos entrevistas que me hicieron arrancar bien bien arriba... 
 
Fue un día dentro de todo tranquilo. Sólo tuve una pequeña clavada por quedarme terminando los cambios del PPT que presentamos la semana pasada en Cali. Por esto no pude ir a la apertura del Festival de Tango de Medellín, donde tocaba gratis nada menos que:

MIÉRCOLES: Hoy fue un día raro, con emociones cruzadas. Estoy buscando gente para un puesto y no aparecen candidatos viables, eso me da mucha bronca porque el ingreso de la persona se dilata y quedo para el orto con mis jefes. Bronca que ni la clasificación brillante de Argentina me pudo sacar...

Mate y proyector, Argentina no se merece menos...

A la tarde mejoró un poco: tuvimos reunión en un cliente para presentarle una propuesta grande para la festividad más importante de la región. Estoy feliz porque la compraron! La idea gustó y recibió todo tipo de piropos; al igual que yo de la cliente, salvo que le sobraban como 50 años a la señora.

Raros edificios del centro

Una lluvia tremenda me despidió del laburo y me hizo pensar seriamente si valía la pena ir a crossfit (y mojarse en el camino). Ganó la paja de quedarse en casa, y el gordo que llevo adentro quedó más feliz que nunca:

JUEVES: Hoy es el principio del fin (siempre quise decir eso). Fui a Migraciones a empezar el último trámite que garantiza mi estadía legal en Medellín: la cédula de extranjería. Y aunque me cueste creerlo, después de toda la burocracia que tuve para sacar la visa, acá presenté todo y "supuestamente" en 8 días ya la tendría lista. 

Mientras esperamos a que llegue la cédula, les dejo un divertido diálogo que presencié en el taxi de vuelta a la agencia. Me tocó un tachero "muy moderno" que le explicaba a un colega novato, las bondades de los smartphone y lo novedoso de que traigan cámara de fotos. Quedaron afuera los usos de Facebook y Twitter, aunque calculo que viendo el video se los imaginarán...

Por suerte el día estuvo tranquilo, por la tarde tuve un par de entrevistas y a la noche me tocó terminar un PPT para una licitación que se presenta mañana 7AM, reunión a la que el enemigo le puso la hora de comienzo...

Hermosa obra de arte titulada "bañemos a las gordas"

VIERNES: Hoy arrancó muy temprano y terminó muy tarde. Primero con una reunión a las 7 AM para venderle una propuesta a un cliente nuevo. El madrugón valió la pena porque le gustó y la compró. Punto para nosotros (a pesar de las ojeras).

Después la mañana siguió con otra reunión a las 11 AM con otro cliente para presentar otra propuesta. Aunque la idea ya estaba vendida, había que convencer al resto del grupo de trabajo, incluído un pelotudo maleducado que ni bola nos dió (y como pasa siempre, era "EL" poronga).

Porque el agua también es motivo de orgullo...

Cada piso estaba lookeado con un país del mundial: Portugal

Muy cómoda la espera del ascensor

El día finalizó muy argentino, con show Tanghetto (una especie de Bajofondo del subdesarrollo), que tocó entre las tantas actividades que había por el Festival Internacional de Tango. Fue un flash ver el lugar colmado de gente copada por el tango y por esta banda argentina, coreando el clásico "otra" cuando anunciaron el último tema.

SÁBADO: Anoche me acosté tarde, pero lo suficientemente temprano como para poder ir a crossfit. El día siguió muy mundialista, primero viendo el orto carioca con Brasil-Chile y los fucking penales que dejaron afuera a los hermanos trasandinos.

Luego me junté con compañeros de laburo para ver Uruguay-Colombia. Después del partidazo que se mandaron y viendo como juega el local, confío en que le ganan a Brasil; aunque no me gustaría una final Argentina-Colombia... (sea cual sea el resultado, no podría aparecer por la agencia). He aquí el registro fotográfico con los festejos de cada gol:

1-0

2-0

La cosa no termina acá, todavía no había ido al Parque Lleras luego de un triunfo de la selección. Es una especie de Plaza Serrano donde TODO EL MUNDO se junta a festejar. Para mi sorpresa, me encontré con una verdadera fiesta que desbordaba de alegría, música, espuma, alcohol, harina y gente, mucha gente vestida de amarillo por todos lados.

Es que, más allá de haber pasado a cuartos de final de un mundial por primera vez en su historia, la pasión y el orgullo que sienten por su selección es algo para imitar. Encima cumple con la regla de las 3 G (Gana, Gusta y Golea). Y esto es motivo suficiente para juntarse y celebrar, porque definitivamente: la fiesta es en Colombia...

DOMINGO: Había que recuperarse de la noche anterior, y el mejor reposo que encontré fue ver los partidos del mundial desde la cama. Con un injusto Holanda-México primero y luego con el heróico Costa Rica-Grecia. El mundial sigue sorprendiendo.

Cerré el domingo de una manera que no esperaba, yendo al cierre del Festival de Tango de Medellín. La cita era en el Teatro Metropolitano de Medellín y la espectativa era grande. O sea, nunca hubiese ido si estaba en Argentina; pero acá, cada cosita que me remita a mi tierra se siente diferente.

Agradezco haber ido porque lo disfruté muchísimo. El festival homenajeaba a Anibal Troilo y fue inevitable llorar como un nene ante cada canción, porque mi cabeza me transportó a una escena que se repitió por 34 años, y ahora extraño como nunca: domingo al mediodía en la casa de mis viejos, comiendo un asado increíble y con tangos sonando de fondo como banda de sonido.

El director de orquesta argentino Raúl Garello en acción