domingo, 8 de junio de 2014

Semana 49: intensa, movida, casi que no me dejó respirar...

LUNES: Y qué mejor manera de arrancar el día "post cumpleaños" con un feriado, donde la fiaca es mucha y las ganas de moverse son pocas. Luego de dedicarle un generoso tiempo a despertarme, desayunar y ver "Ratatouille", me fui al centro para dar unas vueltas por ahí.

Durante el paseo me crucé con un lugar que a pesar de estar a 5000 km de Argentina, me hizo acordar mucho a los cafés de Buenos Aires, donde el tango no sólo se escucha, sino que se respira en todo el lugar:  


MARTES: Arranqué la semana laboral en la otra sede porque tenía una reunión vía Skype con un cliente. Desde que nos cortó -10 con el último "en un rato la tenemos" pasaron más de 30 minutos y nos dejó clavados otra vez. Sorry amigo, yo me voy... Y me fui a nuestra sede para tener reunión de tráfico.

A la tarde tuve una situación bizarra, necesaria pero no deja de ser bizarra. Tuvimos una reunión con un abogado ladri que "asesora" sobre lo que se puede hacer y no en el mundial. Puntualmente en el tema comunicación, por ejemplo: las palabras que no se pueden decir (mundial 2014, FIFA, Brasil 2014, etc) para evitarle problemas legales a los clientes que no son sponsor oficial. Mi única conclusión fue: labura un mes a full, pero cada 4 años... Un capo!

La gente en Colombia espera el mundial subida a los carteles...

MIÉRCOLES: Tuvimos reunión con toda la agencia a las 7 AM, lo que significó levantarse a las 6. Sí señores, cuando digo que acá las costumbres son diferentes, eso también incluye los horarios de las reuniones.

Fue un día de mucho stress en todo sentido, terminé agotado. Se vivieron cosas intensas pero no por lo buenas, todo lo contrario. Por suerte el día terminó bien, con la presentación de una propuesta a un cliente en la que nos fue de 10, y además me sentí un dandy:


JUEVES: Arrancó la maratón de entrevistas: una por la mañana, otra por la tarde y ya tengo cerrada otra para mañana. Se agranda el departamento y el equipo va a tener lindos movimientos.

Por la insistencia de mis compañeros de laburo (y la propia también, extraño manejar) fui a averiguar para sacar el registro en Medellín. Lamentablemente me tiraron unos precios poco amables, como para disfrutar lo que tenemos en Argentina:
  • 350.000 COP el registro para manejar autos (175 dólares).
  • 360.000 COP para manejar motos (180 dólares) - WTF, es más caro el de moto?
  • 600.000 COP si saco los dos juntos (300 dólares) - nótese el gran "descuento".
Estaba juntando plata para comprar este bombón, pero sólo me quedaré juntando ganas:


VIERNES: Día movido: muchas reuniones, muchos proyectos nuevos, muchas cosas por hacer. En fin, muchos quilombos todos juntos y concentrados en el último día de la semana. Como para cerrar con todo...

Hoy una amiga muy especial (de esas que son importantes) me pasó esta foto y sin querer me dijo "estoy pasando por...". Casi muero, un año después tenía a mi antiguo barrio ante mis ojos. Casi lloro...


Me fui de la agencia tarde, cansado y con ganas de tener mi terapia semanal, mi momento exclusivo de rélax e intimidad con un rico Fernet. Él y yo, yo y él; solos y escuchando Massive Attack, un definitivo placer bucal...


SÁBADO: Ayer no salí porque necesitaba descansar, así que hoy amanecí mazoquista y con ganas de ir a la clase de los sábados de crossfit. Luego de chivar como un hijo de puta, me tomé dos horas de descanso viendo el último partido de Argentina antes de Brasil 2014. Todas las expectativas eh, todas...

Si estos son los suplentes...
Toda la fe puesta en vos, sabelo Sabella...

Hoy en "la urbanización" ( el minibarrio donde vivo formado por 3 edificios gigantes) organizaron una fiesta familiar con temática 60's. No sé cómo habrá estado, a la tarde no pasó mucho, quizás a la noche se puso mejor. MI-TE-RIO...!!!


A la noche me autoinvité a Sabaneta, una ciudad que está cerquísima de Medellín. Así me recibió el cielo, con muy pocas ganas de que esté ahí. De más está decir que se cagó lloviendo...


DOMINGO: La lluvia de anoche desapareció y hoy amaneció soleado y caribeño. Luego de un desayuno de hotel con huevos revueltos y pancakes con salsa dulce, jugo de lulo y kiwi, sí o sí había que ir a la pileta para tomar un poco de color e ir dejando de lado el verde amarillento en la piel.

Luego de un chapuzón, vino de 10 una sesión de media hora en el baño turco. El objetivo: abrir los poros y dejar la piel como el culito de un bebé. Pileta + turco = hambre; el almuerzo fue en un restaurante típico y una vez más, me demostraron que no hay carne como la de Argentina.

No sabés qué hacer con el colador de los fideos, ellos tampoco...

Volviendo me crucé con este amigo. No se si por el mito de que tienen mal carácter o por los mil videos que hay en YouTube de cabras corriendo gente, ni me acerqué. La foto fue tomada a una distancia considerable (puntualmente, la de la soga que la ataba). 


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