lunes, 11 de junio de 2018

Semana 244: "Así es el fútbol"

LUNES: Este viaje al Desierto de la Tatacoa para celebrar mis primeros 5 años en Colombia empezó el viernes pasado y hoy lunes feriado llega a su fín. Durante el día no pasó mucho, ya que desde la mañana hasta la noche la vuelta fue arriba del bus. Lo único y más interesante para contar estaría a minutos de haber salido del hostel.

La lluvia que cayó durante toda la noche complicó las calles de tierra/arena. Los choferes decidieron salir igual porque cualquier retraso afectaría el horario de llegada. Sabiendo esto, el destino quiso hacer un chiste encajando el bus en una curva barrosa. Pasados los momentos de nervios e intranquilidad, las piedras del lugar y la ayuda de algunos pasajeros colaboraron para sacar a este mastodonte y ponerlo nuevamente en la ruta.


MARTES: Una semana por fuera del trabajo y con viaje incluido, le limpian el cerebro a cualquiera. Lo único que sabía es que hoy y el próximo sábado el equipo juega la final del campeonato. Los jefes se reunieron a pensar temas y cuando se quedaron sin ideas, nos llamaron a algunos lacayos para colaborarles y avanzar en lo que se pueda. La mañana se transformó en la tarde sin darnos cuenta.

El año pasado conté algunos problemas que tuve cuando bajé tanto de peso. No fue nada relacionado con mi salud, más bien con mi ropa: en ese momento mandé a achicar pantalones y camisas porque me quedaban gigantes. Hoy llevé más ropa a la modista por el mismo tema, creo que estoy desapareciendo lentamente...


MIÉRCOLES: Dentro de 15 días es el turno que me dieron para hacerme ver la rodilla que me lesioné. No me iba a quedar esperando así que volví a llamar para presionar buscando alguna fecha más cercana en el calendario. Finalmente el destino estuvo de mi lado porque no esperaba tener tanta suerte, logré que me dieran la cita médica para hoy.

Fui y volví a explicar lo que ya había explicado la primera vez, para que me confirmen lo que ya sabía que tenía. Y para variar, volvieron a darme la razón sobre lo malo que es el sistema de salud: como si faltaran más protocolos, me enviaron a una nueva cita para evaluar OTRA VEZ el tratamiento y así, de una vez por todas, empezar con las sesiones de kinesiología. Con tantas idas y vueltas, ojalá la lesión se aburra y se cure sola.

Llegaron las boletas para la final

JUEVES: Haría un copy/paste del día anterior, porque tuve que explicar por tercera vez lo que me había pasado y escuché por tercera vez lo que tenía. Para las sesiones de kinesiología tenía dos horarios posibles: rajarme del laburo al mediodía (la idea que menos me gusta) o por la tarde (salir del laburo, sesión de kinesio y vuelta a casa).

Lo que vino después no me sorprendió en nada: si quería el tratamiento al mediodía, el primer turno disponible era el 12 de julio -dentro de un mes-. Si lo quería hacer por la tarde tenía que esperar hasta el 27 de julio -mes y medio-. Elegí la opción menos peor y metí todo al mediodía, ahora tendré que rezarle a todos los santos para tener la paciencia necesaria hasta la fecha. Sampaoli no te preocupes, yo me bajo de la convocatoria por voluntad propia...   

Mamá mamá! Aparecí en televisión...

VIERNES: La jornada arrancó temprano en el estadio, el equipo hizo un entrenamiento a puertas abiertas y teníamos que estar presentes. Hay una fiebre generalizada por esta final en Medellín, la gente está desesperada por conseguir entradas y uno recibe mensajes por whatsapp hasta de gente que creía fallecida, sin tu número de celular o incluso viviendo en otro planeta.

Dentro de los preparativos de todo lo que se tuvo que hacer para esta final, hubo cosas muy divertidas en las que me tocó participar y de las que estoy feliz por haber podido concretar. De las cinco finales que me tocó vivir desde adentro como empleado, el equipo salió ganador en cuatro. Ojalá mañana todo salga como lo planeado.


SÁBADO: Llegó el día tan esperado por todos los hinchas de Nacional. Los 45.000 asistentes al estadio experimentaban una ansiedad difícil de disimular, con sistemas nerviosos algo alterados y con todas las expectativas puestas en terminar de coronar un semestre que hasta el día de hoy se veía como brillante. Y dije hasta el día de hoy porque el resultado final no fue el que todos esperábamos...

Un gol en el último minuto pondría el 2-2 global, resultado que obligaría a estirar por un rato más el susto mantenido en 90 minutos. Y como los penales son una lotería, se gana y se pierde con esa misma facilidad; sin importar el sacrificio de los hinchas que vieron cómo el visitante se llevaba lo que para ellos les pertenecía. "Así es el fútbol" es el consuelo más común y más tonto que puedo decir.

Minutos de felicidad, previos al desenlace final

DOMINGO: Y como suelen repetir los técnicos una y otra vez luego de finalizado un encuentro "ahora a tener la cabeza puesta en el próximo partido". Porque ayer terminó el campeonato colombiano y hoy hay que pensar en lo que se viene, en eso que cada cuatro años ilusiona al mundo entero y le hace creer a los hinchas que son los mejores o los peores, según la fecha en el pasaje de vuelta de su selección.

Los lugares respiran fútbol y están deseosos por ser el centro de atención que reúna a la mayor cantidad de hinchas sin importar los colores de sus camisetas (y a la vez recaudar la mayor cantidad de dinero en ventas). A cambiar el chip y a revivir ese masoquismo tan argento que nos define cada cuatro años, y nos hace volver a ilusionarnos como la primera vez.






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