martes, 23 de enero de 2018

Semana 224: Vuelve el blog, vuelven las enfermedades...

LUNES: Desde que empecé a trabajar formalmente a los 20 años, siempre me pasó lo mismo: me voy un viernes y durante el fin de semana mi desconexión mental con el trabajo llega a un punto en el que vuelvo al lunes siguiente y no recuerdo absolutamente nada de lo que estaba haciendo la semana anterior. 

Por eso luego de 24 días por fuera, no le puedo pedir mucho a este primer día post vacaciones. Sobre todo, si al combo le sumamos un despertador que sonó puntual a las 5.50 AM luego de casi un mes durmiendo más horas de lo normal. Aunque muero de sueño, estoy feliz por volver a trabajar y más por escribir este primer post. Hay ansiedad por todo lo que me espera en 2018, me acompañás?

20 días en ARG y no comí un puto alfajor.
Llego al laburo y me regalan uno...

MARTES: Como cualquier charla de cualquier chat de cualquier día de cualquier persona, una excompañera de laburo me avisa que estaba en la recepción de mi trabajo. Bajo a saludarla y me cuenta que ahora trabaja en una empresa que sponsorea al equipo. Cada vez me sorprendo más con lo chico que puede llegar a ser Medellín.

Y finalmente empezó el laburo lindo luego de un lunes muerto donde no pasó mucho. La próxima semana tenemos uno de los eventos más esperados del año: la presentación de la nueva camiseta que usará el equipo durante el año. Esa esperada noticia también tiene su costado poco feliz: tuve que quedarme después de hora para aprobar las gráficas.

Que lindo es volver! (hay cosas que nunca cambian)

MIÉRCOLES: Otra costumbre que no se tomó vacaciones es la de abusar del tiempo de las personas. Iban a confirmarme en una reunión y en el medio me metieron en otra, faltando poco para el inicio me avisan que ambas coincidían en la hora y me cancelan la segunda, voy a la primera y mi intervención fue nula... Un paracaidista total.

Poco a poco el depto nuevo empieza a tomar forma. La meta 2018 es vestirlo a mi gusto y para eso bajé del avión y arranqué este finde anterior. Entre las cositas que le compré, necesitaba cortinas para sobrellevar el sol del caribe; además no aguantaba más las bolsas negras tapando las ventanas (a las 2 de la tarde siempre era de noche). Hoy las coloqué y fueron el primer logro del nuevo año.


JUEVES: Tuvimos una reunión que duró toda la mañana. Los involucrados por nuestra parte íbamos preparados para la guerra porque sabíamos que iba a ser difícil, tensa, brava, complicada, amarga, incómoda... Algunos hasta practicaban lo que iban a decir y todo. Por suerte, todo se habló con respeto y nadie usó ningún tipo de artillería pesada.

Ya todos más relajados y luego de una guerra que finalmente no lo fue, la tarde en la oficina tuvo uno de los momentos más divertidos el día. Es un placer trabajar con la gente indicada, con la que tenés complicidad, manejás códigos, te entendés y tenés la confianza suficiente para venir a trabajar con ganas. Este es el 2018 que quiero tener...

Aclaro: no murió bailando, es una zona de Medellín...

VIERNES: Las peores sensaciones que debe sentir el ser humano son las del día previo a tener una gripe. Tu cuerpo pasa del malestar general que al principio ignorás, a padecer pequeños choques eléctricos que anticipan los días de mierda que vendrán. Siempre buscando esos raros disfraces que te distraen para luego ir por todo; tu paciencia, tus planes, tu vida...

En mi caso, eligió algo que me acompañó durante casi toda mi vida: una inocente alergia. Nada que un pañuelo no pueda solucionar... El chorro de mocos no paró, el día siguió y la cosa se fue poniendo peor. Dato de color: estaba por irme del laburo y en el cajón del escritorio encuentro las pastillas contra la alergia, estuvieron todo el día al lado mío.

Lo que junté en un ratito que llegué a casa

SÁBADO: No entiendo por qué, pero las enfermedades prefieren la noche para desplegar todos sus atributos. Mi gripe se divirtió mandándome ráfagas de frío y calor en forma titilante, como una luz de giro humana en un viejo auto oxidado. En ese estado recibí a unos albañiles que vinieron a hacerle unos arreglos pendientes al depto, no sabían si empezar conmigo o con el techo del lavadero.

Tiempo de sobra, Netflix y una cama solo para mí; algo bueno tiene que salir. Y creo que salió lo mejor: Jim & Andy, un documental protagonizado por Jim Carrey que cuenta lo que significó protagonizar Man on the Moon, película que marcó su carrera. Es difícil ser objetivo porque amé esa película y disfruté este documental. Vean 1ro peli, luego docu. 

La película tiene la mejor banda de sonido

DOMINGO: Ya con una enfermera privada en casa fue mucho más fácil, con buena compañía el estado fue cambiando de calamitoso a quizás sirvan sus órganos. Encima en Colombia la gripe tampoco se va con remedios, así que el reposo fue necesario y absoluto. Las cosas que tenía para hacer en el depto quedarán para el próximo finde, porque este fue un desastre...

Y fue un desastre en todo sentido...


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