domingo, 19 de enero de 2014

Semana 29 (o semana 1 en Medellín): "Volver a empezar" diría el forro de Lerner...

LUNES: Pasó un mes desde la última vez que escribí el último post y la verdad es que lo extrañé, así que la oportunidad de volver a Colombia y dejar Bogotá para venir a Medellín, es la excusa perfecta para renovar historias, anécdotas y novedades.

Luego de haber salido de Ezeiza a las 6 AM, el avión llegó finalmente a Medellín a las 12 de la noche (escala de 6 horas en San Pablo incluida). Con el OK de mis jefes que me fueron a buscar al aeropuerto, arranqué tarde. Por suerte, me mandaron un auto que pasó a buscarme por el hotel tipo 11:30 de la mañana, así arranca el primer día en mi nueva casa: CVML.

Las valijas no vinieron en mi vuelo, extrañaban
Bogotá y se quedaron hasta la mañana siguiente.


Digo casa porque efectivamente lo es: la agencia queda en un caserón infernal con mucho patio, verde por donde busques, oficinas grandes y cómodas, gente que te mira con una sonrisa, una parrilla y un perro: el Señor Homero. ¿Qué más se puede pedir? Ahí voy a ir a trabajar todos los días: felicidad x 400.

Como todo primer día, pasé por ese momento tan traumático donde te pasean y te presentan a toda la empresa. Debe ser uno de los peores en la vida laboral de las personas. Bueno, yo no lo tuve que hacer una vez sino dos, primero con mi jefe cuando llegué y luego con RRHH a la tarde.

Vista del patio de la agencia, verde por donde lo mires...

MARTES: La agencia me pagó la primera semana de hotel para que busque más tranquilo departamento para alquilar, así que aproveché las ventajas del desayuno hotelero e hice una buena base para enfrentar la larga mañana; larga porque el horario de entrada es a las 8 y el almuerzo es de 12 a 14 hs.

Mi día transcurrió con las típicas actividades "paja" de cuando arrancás en un laburo nuevo. Por la mañana me llevaron al banco para abrir la cuenta sueldo y por la tarde me hice los exámenes médicos de siempre, que por estar lleno de gente estuve de 2 a 5 de la tarde.  

Como era de esperarse, ya armé desafío con otro sector de la agencia para jugar un partido de fútbol 5 con mi equipo creativo. No tengo ni idea de cómo juega c/u, pero las ganas de un fulbito son muchísimas. Es más, jugamos por la cancha y la cerveza (en la que me metí...).

Además conocí el cielo: capuccino granizado.
 
MIÉRCOLES: En el 3er día seguimos con las inducciones, a la mañana tuve una muy particular para todos los nuevos (9 en total, CVML viene creciendo grosa!). Estuvo entretenida porque fue con los dueños de la agencia, dos colombianos moooooooy copados que de 3 frases, 2 son un chiste y la tercera provoca una sonrisa. Nos contaron la historia de la agencia y el enfoque general al que apuntan. Sólo ellos pueden haber hecho divertida una charla tan paja...

Luego de almorzar tuve salida, me llevaron a ver los departamentos que me habían seleccionado. Entre 5 opciones había 2 que me convencían y mucho, lo cual hizo difícil la elección. Al final tiré la moneda y definí: 6to piso con vista a las montañas. Si hubiese podido alquilaba los dos pero igual era al pedo, quedaban en el mismo edificio.

A la vuelta surgió una invitación inesperada: ir a la cancha la próxima semana a ver un partido. Obviamente dije que sí, se juega el clásico de la ciudad "Nacional-Medellín". Veremos con lo que me encuentro...

Rollos de canela con chocolate y crema, se comen "calienticos"...

JUEVES: Dentro de todo fue un día tranquilo, terminamos de reunir todos los papeles que se necesitan para firmar el contrato del alquiler así que seguro, mañana será el día. Chau hotel, hola nueva casa...

Recibí otra invitación inesperada: ir a jugar paintball el sábado. Invitación que tampoco rechacé porque, aunque no lo crean, nunca en mi vida jugué. Siempre tuve ganas pero fueron quedando en segundo plano. Y bueno, tuve que venirme a Medellín para poder hacerlo. 

Terminando el día salimos con parte del equipo a tomar algo a un bar. Tenía que conocer la noche de Medellín, así que no pude esperar al fín de semana. Fuimos a "Latinería", claramente un lugar donde el inglés no es bien recibido:  


A la salida estábamos en horario para cenar, así que los pocos que quedaban me llevaron a un puesto callejero donde mi estómago tuvo un orgasmo.  Comimos una perra, que se llaman así por no tener salchicha (cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia). Tiene carne desmechada, queso, cebolla y papas en pan de pancho (tengo que exportar esa idea a Bs As). Alto manjar bajonero...

Un orgasmo estomacal
Con los nombres está todo dicho...

VIERNES: Un día definitorio, finalmente se firmó el contrato por el departamento y la entrega es mañana a la mañana. La ansiedad es mucha, quiero ponerme cómodo y tener mi casa de una vez por todas.

Como iba a ser una paja armar y desarmar las valijas por sólo una semana, me estoy manejando con la ropa de UNA sola valija. Aunque tengo pago el hotel hasta el lunes por la mañana, mañana hago el check out y me llevo todo, necesito comodidaT.

Cerramos el balance de la primera semana laboral: ¡SUPER POSITIVO! Como les conté a varios, me están mimando mucho, me llevan, me traen, me pasan a buscar, me quieren hacer sentir cómodo... Cuando mi jefe me preguntó cómo me había sentido, no supe explicarle toda la felicidad que tengo, así que voy a demostrárselo con laburo. 2014 se vino con cambios, de arranque y sin anestesia.

Otra idea a exportar: salchicha alemana metida en una baguette

SÁBADO: Espectativa a full. Tuve mi último desayuno en el hotel y me despedí comiendo todo lo que había disponible (sí, soy argento y tengo hambre). Check out y a movilizar las 4 valijas hacia el nuevo destino.

Lindo momento ese de desarmar todo y buscarle su lugar a todas las cosas. Mi intensión es quedarme un laaaaargo tiempo, así que fui acomodando todo; como buscándole un lugar "definitivo" a las cosas. Llegó la hora del paintball, así que dejé todo y salí a encontrarme con mis nuevos compañeros.

A la noche me esperaba un plato fuerte: el primer boca-riBer del año. Lo disfruté de la manera más argenta que pude, tomando Fernet y con una picada de salame y queso. El paintball me mató, así que terminé con las valijas y caí en la cama, a pasar la primera noche en mi nueva casita.

Herida de guerra...
Rambo (en sus inicios)



















DOMINGO: Aunque anoche no salí porque estaba muerto, hoy arranqué tarde. Las balas de ayer me dejaron imposibilitado para moverme por un buen rato. Mientras tanto, una larga charla vía FB Messenger con mi amiguita Fio me despertó un poco.

Desayunando tuve varios intentos fallidos de un Skype con mi amigo Nachito, hasta que desistimos y le dimos duro y parejo al chat. Después sí, salí a recorrer un poco la ciudad para ver todo lo nuevo que me encontraba.

Caminé, caminé y caminé todo lo que pude; pero al ser una ciudad repleta de lomas, las subidas y bajadas me complicaron la existencia (y los pies). Volví y relajé un poco estrenando el gimnasio del edificio; chiquito, lindo y con todas las máquinas libres. Cerré la noche chateando con mi amiga Mirna, y terminando la primera semana en mi nueva casa: Medellín.


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