martes, 5 de diciembre de 2017

Semana 221: "Desastre total"

LUNES: Pensaba que iba a tener un lunes complicado, corriendo para el evento de mañana y laburando más horas de lo normal. NO. Pensaba que iba a tener que hacer mil llamados, arreglar cosas de último momento y trasnochar para llegar con pedidos innecesarios. NO. Pensaba que iba a almorzar a las 3 de la tarde, que iba a discutir con gente y que las cosas no iban a salir como uno quiere. NO. ¿Por qué? Porque todo está muy bien planificado desde hace dos meses.

Acá con un amigo, me dice que el 24 no esperen nada...

MARTES: El despertador sonó a las 5 de la mañana, se cumple el primer aniversario del accidente aéreo de Chapecoense y tenemos que viajar dos horas hasta una ciudad cercana para el homenaje. El trabajo de dos meses y el esfuerzo final de dos días, se verá resumido en un evento de solo 40 minutos.

Desde la placa que varios proveedores negaron hacer por falta de tiempo, hasta el paso de dos helicópteros que cruzaron el cielo lanzando flores blancas, todo salió bastante bien. Poner de acuerdo a tres instituciones gigante no fue nada fácil, pero a pesar de todo se lograron cosas muy buenas. Un honor haber formado parte de este sentido proyecto.


MIÉRCOLES: Los problemas no se terminaron con la mudanza a la nueva casa, se transformaron en algo peor. Antes de depositar el crédito y empezar a pagar, el banco me mandó una simulación con las cuotas a pagar por los próximos 237 meses y los valores no se acercan ni un poco a lo que tenía pactado previamente desde un principio.

La asesora asignada a mi cuenta es una inútil que ni siquiera me devolvió el llamado. Logré comunicarme con el banco y la que mandó el mail no supo explicarme esos números. Antes de meter la cabeza en la horca suspendí cualquier depósito de dinero y ahí sí aparecieron todos, llamaron todos y explicaron lo que antes nadie supo explicar.

Lo que nadie ve en las ruedas de prensa...

JUEVES: Lo que parecía que iba a ser un laburo de minutos, terminó convirtiéndose en algo de varias horas. Estuve con un Ingeniero en Sistemas tratando de solucionar un problema que había en la web oficial y trabajando a la par, me di cuenta que pensar con su lógica es imposible. Mi cabeza no tiene la capacidad de memorizar códigos y seguir estructuras. Desastre total.

Termina el año y las 4 botellas de Fernet traídas en enero no me alcanzaron para nada. Pensaba que iban a durar un poco más pero la sensación de tener ese elixir en la boca es mágica. Y cuando creía que tenía el año perdido, los padres de una compañera de laburo argentina venían de visita. Le pedí una botella y acá la tengo, me salvó el año. La argentinidad al palo!


VIERNES: Gracias al exceso laboral, la mañana desapareció más rápido de lo que pensaba. Todo lo del día estaba comprimido en las 5 horas matinales, tenía que dejar todo listo temprano porque había pedido la tarde libre para un evento más que especial: tenía un matricidio al que no podía faltar.

Como si fuera un colado al que nadie esperaba, apareció un aguacero que le cagó la vida a la gente en los momentos más inoportunos del evento: en la salida de los novios de la iglesia y en la llegada de los invitados a la fiesta; esto último no sería un gran problema si no fuese porque la fiesta era al aire libre en una carpa. Todos terminaron en las mismas condiciones, por eso no importó la pinta final.


SÁBADO: Luego de que ayer me despierte 5.50 AM, labure toda la mañana y vaya a un casamiento que duró desde temprano hasta la noche, la estadía en la cama iba a ser larga y profunda. Tuve intensiones de ir al gimnasio para sudar la botella y media de vino que me bajé ayer pero fue prácticamente imposible.

A la salida del partido de Atlético Nacional encontré un puestito callejero que tenía un cartel hermoso: Empanadas Argentinas. Me acerqué, me puse a charlar y el dueño terminó siendo un cordobés conversador que hace 4 años que vive en Colombia y que planea instalarse definitivamente porque está esperando un bebé. ¿Las empanadas? Una delicia, me agendé su número. 


DOMINGO: Claramente el domingo es el día más masculino de la semana. Los por qué son dos y son muy simples: primero, porque es el día típico para ver fútbol; desde que nacemos y tenemos memoria, el equipo de nuestros amores siempre juega el domingo (hasta que se metió la televisión a transmitir y ahí cagó todo).

El segundo es menos común pero no por eso menos válido, es el día donde los hombres hacemos compras para la casa. Así como los shopping son netamente femeninos; Easy, Home Center o Home Depot son el Centro Comercial para los hombres. En mi caso, si le sumamos casa nueva y que le faltan muchas cosas, la visita es más que obligada.





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